

En los meses de buen tiempo, la cubierta es el espacio para socializar, mientras que el espacio del salón, en la imagen inferior, y de la cocina-comedor, más arriba, se consiguió añadiendo un vagón de tren (¡!). Esta estancia, que se completó con una estufa de leña, es donde madre e hija pasan la mayor parte de su tiempo.

Aunque los metros son escasos, Valérie consiguió crear un rincón de despacho. En todas partes la iluminación se consigue con flexos en las paredes, los libros recorren en altura el perímetro de la habitación y los sofás o camas tienen almacenaje inferior.

En la habitación de Margot, de diez años, es la que está pintada en tonos más claros. Valérie no acostumbra a pintar en color blanco porque asegura que el mobiliario tiende a desaparecer, crea menos interés, si se coloca frente a una pared blanca. Un dormitorio sencillo y práctico que demuestra que vivir en un barco es posible.

Cálida, acogedora y súper interesante manera de vivir, ¿no os parece?
Imágenes
Lo cierto es que el lugar parece de lo más acogedor con la decoración y el estilo que se ha cuidado. Nadie verá un barco. Verá un hogar. Muy bueno. Saludos!