La habitación de mis niñas es un work in progress al que ahora hemos añadido unos cabeceros forrados en tela que yo misma me encargué de tapizar. Y me alegra que sea un work in progress porque disfruto mucho haciendo pequeñas cositas. Ya os enseñé los flexos Tertial de Ikea pintados en coral y malva, os conté cuando nos despedimos de la cuna y la historia de los armarios inacabados (de este verano no pasa). Por el momento, así va quedando este espacio con los nuevos (viejos) cabeceros:





Los pasos son sencillos: cortar la tela dejando un espacio por cada lado de unos diez centímetros, estirarla y colocar encima el cabecero, empezar a grapar por el centro, después ir grapando los laterales frunciendo poco a poco la tela para seguir la curva que hace el cabecero y, cuando llegamos a la unión con las patas, cortar el trozo sobrante pero dejando un margen de unos cinco centímetros, que doblaremos hacia dentro, y remataremos también con grapas.
Lo dije, facilito. Sinceramente, al principio no estaba nada convencida de utilizarlos, pero los encontré en el trastero y pensé que perdía poco con intentarlo. Ahora ellas están encantadas con su cabecero a rayas, con las camas juntas porque saltan de una a otra y por dormirse, muchas veces, cogidas de la mano.
imágenes: Ministry of Deco
Qué lindos!!!! han quedado cabeceros de princesitas.
Besos
Y con las princesitas dentro de la cama… ni para qué contar!!!
Nada como tapizar unos cabeceros viejo y nuestras princesitas se sienten otra vez en un reino de cuento de adas