Ya os lo he contado alguna vez, no hay cosa que me guste más que cambiar muebles de sitio. Por eso, cuando mi madre vino con eso de «la mesa de comedor no la tienes bien ahí, ponla donde está el sofá y viceversa» y, aunque no daba un duro por su distribución, lo cierto es que arrastrar muebles cuesta bien poco, y ahora mismo estoy estrenando ese cambio, y lo probaré durante un tiempo. Ahora el sofá está frente a dos butacas, y he visto que necesito una alfombra, una caída de cortina, una lámpara de pie y algunas cosas más. Y, al poner las cosas, también he percibido un vacío enorme en la pared, y me he acordado de una embocadura de chimenea falsa que vi en un chino (así de increíble me pareció a mí). Me he ido corriendo a por ella y ya la tengo instalada, aunque me han sobrado tornillos (!). Me encantaría darle a este rinconcito un look de alta montaña, pero más nórdico que tirolés. De momento, este es el aspecto (a altas horas de la noche) del nuevo salón:
Como véis, muy, muy pelado, pero poco a poco. Hoy mismo, si tengo tiempo, la pintaré de gris, porque la verdad es que tiene un color de madera bastante feo. También he barajado blanco, pero he pasado pronto de esa idea, me gusta mucho más con un poco de contraste. Y después viene lo mejor, empezar a decorar; mientras tanto, unas cuantas ideas para decorar repisas de chimenea (altares, como los llamo yo) e inventar bodegones en ellas.
Mi marido, que está un par de días fuera, se llevará una sorpresa esta noche cuando regrese. Está tan liado que seguro que ni me lee. Y vosotros, ¿algún proyecto decorativo en marcha?
imágenes: 1.ministry of deco 2. sweet paul 3.french-grey 4. pinterest Y la que tenéis en la portada del número 8 de Singulares Magazine preciosa también!